De tus torres las cumbres afiladas / desperezadas suben hacia el cielo, /inmortal el silencio de su vuelo, /las horas las contemplan asombradas (Javier Quiñones Pozuelo)
«Dale limosna mujer /que no hay en la vida nada / como la pena de ser / ciego en Granada» (Francisco de Asís de Icaza)